lunes, 22 de septiembre de 2008

Viaje con Cheapa II: Great Ocean Road y Parque Nacional de Port Compbell

Después de estudiar precios durante días y los comodidades que nos ofrecían cada una descubrimos las Cheapa: "coje una de nuestras caravanas de más de 2 años y te saldrá a mitad de precio". Luego vimos que lo de los 2 años es desde que a la furgoneta la convirtieron en caravana, porque el vehículo por lo menos triplicaba esa edad. No importaba su edad, no importaba su falta de comodidades, ni su estilo "fargoneta", para mí era nuestra Cheapa ("chipa" pa los amigos) y como se portó, de campeonato, y mira que le hicimos kilómetro.
Primer problema, fué cuando preguntamos donde podíamos aparcar para pasar la noche, uno piensa que con una caravana es cualquier lado, pues no, y al camping gratuito más cercano no llegábamos ni de coña. Total, que como no contábamos con tener que pagar cada noche y teníamos el tanque de agua y la batería llena se nos ocurrió ir a preguntar a la comisaría más cercana, al fín y al cabo eran ellos los que nos iban a multar. Tras llamar a la puerta y que no hubiese nadie, nos dieron un número de teléfono, se suponían que estaban patrullando pero, debido a la influencia de las pelis americanas, yo voto porque estuviesen comiendo donuts. El, a partir de ahora, "poli enrollado" nos comentó que eran muchos patrullando y que el solo podía responder por él y su compañera, pero que el sitio que con menos frecuencia patrullaban, o al que menos llegaban por la noche, era una playa a las afueras, que si bien no podía asegurar que no nos pillaran, si que era el sitio donde con menos probabilidad lo harían. Como mi mamá me dijo de pequeña que no hablara con extraños y que hiciera caso a los polis, así lo hicimos. Llegamos de noche, aquello estaba desierto y oíamos el mar, pero ni idea de donde estábamos porque no veíamos más alla de donde nuestra linterna del "Hot Dolar" (20 duros australiano) nos permitía. Cenamos y nos dormimos.
A la mañana siguiente, después de no ser desalojados ni multados, nos encontramos rodeados de coches de surfistas y desayunando en el mirador de una playa impresionante, Bell beach, y viendo el amanecer. Desde aquí doy gracias al poli enrollado por este comienzo de viaje. Para mí, lo mejor del viaje eran los momentos desayuno, despertarte en cualquier lugar con tú café y croisant observando las vistas.
La Great Ocean Road es una carretera que va por la costa que une Melbourne con Adelaida, aunque se queda a 400 km de ésta, construída después de la Primera Guerra Mundial con el fin de recordar a los caídos, comunicar Australia y emplear a los soldados que después de servir fielmente a la nación retornaban a casa sin trabajo. La carretera son unos 300 km, consiste en ir observando el paisaje y hacer paraditas para ver las curiosas formaciones rocosas que se han formado en la playa. Entre ellas las más famosas los Doce apóstoles, El Arco, el Puente de Londres, The Blowhole. Pensábamos hacerla en día y medio, pero descubrimos el Parque Nacional de Port Campbell que rodea la carretera y nos quedamos por allí 3 días . Allí vimos el Lago Elisabeth, el bosque de los árboles de madera roja (en las fotos no se aprecia lo impresionante que era) y un pueblo de 3 casas donde nadie sabe porqué está plagado de Koalas (una pena que llegaramos sin luz y no salieran bien las fotos).

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